viernes, 25 de febrero de 2011

Milan, Maquina del Cafe

En Milano todos estos días han sido espléndidos, un sol radiante donde se ve el cielo azul claro, no azul radiante como el que se te imaginan pero al menos esta despejado y con baja temperatura, la verdad lo disfruto mucho a Dios gracias. Hoy me levante temprano, a eso de las 5am, vi la TV, mire los reportes del trabajo recostado desde la cama, desayune bien y me vine a trabajar. Desde que llegue a estas oficinas siempre soy el primero en llegar y encender las luces; en el transcurso de la siguiente hora es cuando van llegan todos; estamos hablando que terminan de llagar a eso de las nueve y cuarto. Entre las que llegan, hay una persona se sienta, enciende la computadora, se regresa a la puerta u apaga la luz que da justo arriba de ella y de mi (yo estoy frente a ella) la verdad no me molesta, pero igual no pregunta para apagarla, está claro: ella usa permanentemente esta oficina y por tanto se siente dueña de la casa; lo justifico porque yo haría lo mismo..jajaja lo bueno es que acá las oficinas son muy bonitas, algunos dirán lo contrario. Hay una amplia ventana de vidrio que cubre todo hacia el exterior, así que la luz entra totalmente y la visión es amplia hacia afuera, jajaja cualquiera diría: para chismear. Al mediodía a eso de quince minutos después de las doce me fui a almorzar. Me regresé a medio camino porque me acorde que había llevado a la oficina algo de comida: queso, salame, Pan. Me senté de nuevo en el escritorio y esperé a que se fueran las otras personas con las que comparto la oficina. Pasan los minutos y yo con un concierto en la barriga del “hambrazon” y nada!!!!!!!!!! no se fue nadie y ya eran casi la una de la tarde. Nadie se movió. Decidí ir a almorzar en el comedor y dejar lo que traje para cenar; me fui hasta la planta baja en el ascensor, y he bajado con tan solo el delgado sweater y debo caminar una pequeña distancia en el exterior del edificio, que friooooooooooooo. El almuerzo bien como siempre, y pienso ahora que estos días en Milán están sirviendo para iniciar mi carrera a un record Guinness porque no había comido tanta espinaca como ahora, cada vez que voy hay espinaca y la como, así Celso Popeye tendrá fuerzas adicionales. De regreso a la oficina, me detuve en la maquina pre-pago del café, puse 50 cent y seleccioné espresso macchiato y me sobraban 10 cent pero esta máquina no da cambio; entonces agregue otros 20 cent para completar para un espresso simple, y que les cuento!! al momento de mezclar la azúcar con la paleta me he salpicado el sweater, ya se imaginaran como he quedado, sweater gris claro. No falto el que pregunto por la mancha y con una sonrisa le conteste: no sabes nada de moda eso es lo que se está llevando ahora en Madrid Cibeles!.

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